Mawlana Shaykh Nazim Al-Haqqani

martes, 5 de junio de 2012

LA IMPORTANCIA DE LA GENEROSIDAD




Bismillahir Rahmanir Rahim

Sohbet dado por Sheij Abdul Kerim al-Hakkani al-Kibrisi

Viernes, 23 Jumad al-Awwal, 1431

7 de mayo de 2010

Osmanli Naksibendi Hakkani Dergahi, Centro Siddiki, Nueva York.



Auzu billahi min ash-sheytanir rajim

Bismillahir Rahmanir Rahim

Medet Ya Seyyidi, Sultanul Awliya, Medet.



Q: ¿Vamos a reconocer a nuestros familiares en el Día del Juicio?



Sheij Efendi: Sí, vamos a reconocernos. Allah dice, “En ese Día, los hijos van a huir de sus padres, y los padres huirán de sus hijos”. Es por lo que dice, “Vuestras familias, vuestros hijos, vuestros bienes, todo ello es únicamente una (fuente de) confusión para vosotros”. Así que, en tal Día, todo lo que hicierais y todo lo que no hicierais por vuestros hijos, aparecerá frente a vosotros. Ellos van a correr para tomar de vosotros sus derechos, y vosotros vais a correr para quitarles vuestros derechos a ellos. Tanto como os queréis ahora, no quedará mucho de este amor en tal Día”. Hmm. Cada uno va a correr para sí mismo.



Q: Sheij, un miembro de mi familia, antes de fallecer, mencionó los nombres de todos los miembros de la familia que habían fallecido antes.



Sheij Efendi: Le estaba siendo mostrado. Antes de morir, es cierto que la visión se abre para ti. Ves lo que hay en el otro lado. O te apresuras para abrirlo de la forma correcta mientras estas con vida, corrigiéndote a ti mismo; o se va a mostrar tu vida en el último minuto, aunque no vas a poder cambiar muchas cosas en ese momento. Podréis verlo. Se aparecerán ante ti. Quién sabe. Les ocurren cosas diferentes a las personas, en función de cómo hayan vivido, con lo que se hayan ocupado. Sí.



Y si ves a los miembros de tu familia en el Día del Juicio, eso no te va a importar mucho. Igual como ves a un extraño ahora en este mundo, será así en ese momento, tus propios hijos para ti, si ellos no han pasado, o no han alcanzado una estación más alta que la tuya, esto no significará nada para ti. Este cuerpo va a cambiar. Tu espíritu va a reconocer, pero será para ti mismo, no para ése. Es por eso que Allah subhana wa ta’ala está enseñando mediante Sus profetas cómo tienes que educar a tus hijos, y qué tipo de buenas maneras tienes que inculcarles. Eres responsable de ellos hasta que alcancen la madurez. Quizás no seas responsable más allá de eso, pero sí que eres responsable de ver en qué dirección los pones antes de que alcancen la edad de la madurez. Más allá de eso, son ellos los responsables de cualquier cosa que hagan. Pero hasta entonces tú eres el responsable.



Se te va a preguntar, “¿Les has mostrado el camino correcto?” Aunque no es una obligación sobre ellos, sí lo es sobre ti. Para ellos no es obligación hasta la edad de la madurez. Pero es la obligación de los padres, hasta la edad de la madurez, el ver qué tipo de vía, en qué tipo de dirección estáis colocando a vuestros propios hijos. Si no, es como está ocurriendo hoy, en que los hijos mandan sobre los padres. Esto es peligroso. Estarás en graves apuros. Y ellos estarán en graves apuros, porque es seguro que tampoco conseguirán lo que quieren en el mundo ahí afuera. Puede que os pidan cosas, pero no serán capaces de pedir cosas ahí fuera. Así que el mundo no será tan bueno para ellos tampoco.



Así que, si ellos llegan a estaciones más elevadas que vosotros, tirarán de vosotros hacia arriba, pueden interceder por vosotros. Si vosotros tenéis problemas, pueden sacaros de esos problemas. Pero, nuevamente, no será muy relevante para ellos. Ocurrirá una separación.



Q: Por supuesto, esto se aplica también a los padres, ¿no?



Sheij Efendi: Por supuesto. Padres e hijos. Es así en el mundo entero. O somos padres o somos hijos, ¿no es así? Tenéis padres. Sois hijos para ellos. Tenéis hijos. Sois padres para ellos. Si vuestros hijos tienen hijos, son padres para ellos y son hijos para vosotros. Así es como va a ser.



El que vaya a ayudar al otro a salir, o alcance estaciones más elevadas… la gente de este mundo está luchando por quién va a estar en el frente, atrás, esto y aquello. Esto no quiere decir nada. Pero, en el otro lado, sí querrá decir algo. En el otro lado, podéis convertiros en ciudadanos de segunda. Esto es lo que os estáis jugando en Dunya: convertiros en primera clase o en segunda clase. U os convertís en parte de aquellos que están disfrutando, o seréis de los que den servicio a otros, quizás. O quizá simplemente vayáis directos al fuego.



Así que todo lo que hagáis en este mundo cuenta, bueno o malo. Todo cuenta, según vuestras intenciones. Vigilad vuestras intenciones. Podéis engañar a todo el mundo. ¿Vais a engañaros a vosotros mismos también? Vigilad vuestra intención. ¿Cuál es vuestra intención cuando hacéis las cosas, mientras hacéis las cosas? Si es diferente de (hacerlas) por Allah, os habéis equivocado. Todo lo que sea un velo entre vosotros y Allah, eso es Dunya. Esto es el amor de este Dunya en vosotros.



Q: Si una persona alcanza un cierto nivel en el Paraíso, lo que quede por encima de ese nivel, ¿será desconocido para él por siempre?



Sheij Efendi: No. Si fue al primer Paraíso, por ejemplo, se le va a decir, “Mira este lugar (tan) elevado. Este lugar es donde se supone que tenías que llegar. No llegaste porque no hiciste esa, esta y la otra cosa en Dunya, y ahora estás aquí. Aquí es donde vas a estar para siempre”. Entonces, ese Paraíso se convierte en infierno para aquél que ha mirado a lo que tenía y lo que ha perdido.



En la Nación de Muhammad (sws) están todos llorando bajo tierra. Nadie está contento más que los Awliya Allah. El resto está diciendo, “¡Qué tonto fui! En lugar de hablar de tonterías, tendría que haber dicho, Allah, Allah, Allah, Allah, La ilaha illallah. Entonces hubiera tenido una estación un poco más alta”. Es así como os lo ganáis, con vuestro Zikir. La gente de hoy en día no hace Zikir, ni hacen los Wirds que tienen asignados. A menos que tengáis un fuerte apoyo que os ayude, estaréis en apuros. Lloraréis mucho en ese momento.



“¿Por qué digo esto? ¿Hasta dónde llega esta palabra? ¿A quién hirió y a quién ayudó?” Tenéis que considerar esto. No simplemente decir, “Oh, es algo que ocurrió. ¿Qué puedo hacer?” La gente de hoy en día, del siglo XXI, están diciendo, “¿Qué puedo hacer? Es algo que ocurrió”. Podríais haber hecho tantas cosas para que eso no ocurriera. Después de que ocurra, también podéis hacer más cosas para solucionarlo. Por supuesto. Pero si simplemente decís, “Bueno…”. Muchos están diciendo, “No me importa”. ¡Uf! Ahora estáis en un apuro. No importa quiénes seáis o qué seáis. Tenéis que vigilar lo que sale de vuestra boca. Después tendréis que decir, “Lo siento. Te pido perdón”. Porque está garantizado que vais a tener que pedir perdón. Pero si esperáis al momento de tener que pedir perdón se os van a quitar muchas cosas, porque el Santo Profeta (sws) dijo, “No hagáis nada por lo que después tengáis que ir a pedir perdón”. Es porque el Mu’min, el creyente, es una persona sabia, que sabe hasta dónde va a alcanzar esa palabra. Y si no lo sabe, su nivel como Mu’min está en caída libre.



Q: ¿Y qué pasa con esos que atacan a los Awliya Allah, los Amigos de Allah y los están hiriendo, rompiéndoles el corazón?



Sheij Efendi: A aquellos que están atacando a los Awliya Allah, Allah dice, “Declaro la guerra sobre ellos”. Está diciendo, “Quizá ellos no os repliquen, pero Yo declaro la guerra sobre vosotros”. Allah está declarando la guerra sobre aquellos que están atacando. Tendrán que pasar por muchas situaciones antes de llegar a una salida. Tal como he dicho, para Allah subhana wa ta’ala nada es demasiado grande ni nada demasiado pequeño. Igual que Él puede crear el ala de un mosquito, Él puede crear billones de mundos como éste, con billones de gente en ellos, en un instante. No es grande o pequeño para Allah. Es grande o pequeño para vosotros. Pero para Allah no lo es. Así que ahora, según sea vuestro nivel, tenéis que actuar y tenéis que ir con cuidado. Aunque penséis que es algo grande desde vuestro punto de vista, tenéis que vigilar lo que sale de vuestras bocas.



El Sagrado Profeta (sws) dijo, “El hombre va a sufrir en el más allá por dos partes de su cuerpo”. Estas dos partes están llevando el desastre a la humanidad. Dijo, “Dos partes. Una es la lengua y la otra son sus partes privadas”. Vuestras partes privadas, para qué las utilizáis, cuándo las utilizáis y por qué las utilizáis. Vuestra lengua, cuándo la utilizáis y por qué la utilizáis. ¿Qué está diciendo el Profeta (sws)? “Hablad de algo que os beneficie a vosotros y a los demás, o manteneos en silencio”. El silencio es una protección para vosotros. De lo que sale de vuestra lengua, sois responsables. De lo que está dentro, no sois responsables. Lo que ha salido de vuestra lengua puede haber llevado cosas buenas a la gente, y la gente estar disfrutándolas. Vais a obtener una recompensa por ello. Si lo que ha salido de vuestra boca ha causado confusión, vais a pagar un precio por eso. No podéis decir, “Bueno, simplemente lo hice. ¿Qué puedo hacer? Lo siento”.



Por supuesto que lo sentís. Lo vais a sentir. Si no lo sentís ahora, lo sentiréis más adelante. Ello se debe a que le lengua no se os ha dado para que digáis lo que os parezca cuando os apetezca. La gente del siglo XXI está destruyendo todo lo que construye. Es por eso que el Santo Profeta (sws) dijo, “Se levantarán por la mañana como creyentes. Se irán a sus camas de noche como incrédulos. Se irán a sus camas como creyentes, y se levantarán como incrédulos”.



Así que, ¿qué quiere decir esto? La fe y la falsedad, la mentira, no pueden estar en el mismo corazón. Si estáis mintiendo… la mentiras son de tantas clases hoy en día. Si empezáis a hablar acerca de la mentira, entonces, ohh… pretendéis que algo que vosotros no tenéis es mentira, y engañando a los demás. No pueden estar en el mismo corazón, lo dijo el Santo Profeta (sws). Imposible. Si la mentira está ahí, la fe se va. Si la fe está ahí, entonces la mentira no puede entrar. No podéis mentir. La mentira no es sólo decirle a un niño, “Eh, ven aquí. Te voy a dar algo. Estate quieto.” Eso no es mentir. Hay algo más ahí. Hay un entrenamiento ahí. El entrenamiento es otra cosa, y la mentira es otra cosa. La gente del siglo XXI también son especialistas en eso. Se mienten a sí mismos. Mienten a todo el mundo y se mienten a sí mismos.



Ya que ésta es una de las peores cosas que el hombre puede hacerse a sí mismo. Y sí, en la tumba, de hecho, antes de la tumba, antes de que llegue a la tumba, se le van a abrir muchas cosas a cada persona. En el momento en que el espíritu sale, y hasta que se te coloca en la tumba, tu espíritu está ahí, estás conectado con eso, estás viéndolo todo, tu cuerpo está ahí, eres consciente de todo pero no puedes decir nada. Hasta que entras en la tumba, y dependiendo de lo que vaya a ocurrirle al espíritu, irá a la cárcel, o irá a un lugar especial, o irá al Paraíso en el mundo Baqa, en el salón VIP, donde puedes esperar. No es una broma. Es real. Hay lugares especiales, en función del tipo de persona que fuiste en este mundo.



Todos aquellos que salieron muy limpios de este mundo, aún encontrarán muchas barricadas enfrente de ellos. No penséis que han fallecido y que ya están en sus paraísos.



Q: ¿Aunque se fueran limpios?



Sheij Efendi: Aunque se fueran limpios, porque no tienen los pases especiales para cruzar todas las puertas. Así que tienen que esperar. En realidad, el período de espera, si todavía están conectados con este Dunya, es otro sufrimiento allí.



Q: ¿Habrá (allí) gente que fueron realmente buenas personas en este mundo, fueran o no musulmanes, incluso aunque no fueran cristianos, pero que realmente hicieron el bien a los otros en el mundo?



Sheij Efendi: Sí, esta otra cosa que tenéis que apresuraros en hacer. Es un deber para el hombre ser generoso. Allah ama a las personas generosas, los aman todos los profetas y los aman todos los Awliya. La generosidad hace que un hombre no se vaya de este mundo sin haber conseguido la fe. De alguna forma, de algún modo, alcanzará a ese hombre. Allah subhana wa ta’ala concede su favor a aquella persona, por ser generosa. Y la generosidad, aunque venga de un no creyente, les va a alcanzar, una ayuda les alcanzará para que digan la Shahadat en el último minuto y salgan de este mundo. Es imposible para ellos que salgan de este mundo sin fe.



Huh, tan pronto como diga la Shahadat, las cosas que hizo, la generosidad que tuvo, vendrán frente a él. Van a decir, “Hiciste esto, esto, esto y esto, y Allah te recompensa por estas buenas obras que hiciste”. Así que, antes de darse cuenta, va a encontrarse con tantas cosas que fueron desastrosas para él, pero se le va a mostrar que, “La fe te ha alcanzado a causa de esta generosidad. La generosidad se te concedió por parte de Allah subhana wa ta’ala, en causa de las generaciones que van a venir”. (En ese momento), no seáis tan creídos como para volver a pensar que sois algo. “Y porque fuisteis generosos con esta persona, que era un amado de Allah, su oración os alcanzó y esa oración os salvó”. Esta oración es la que salva a las personas.



Si eres tacaño, puedes rezar mucho, puedes hacer mucha adoración, pero mientras que hay un gran peligro que te está esperando. Puede que te vayas de este mundo sin fe, por ser una persona mezquina, debido a que estáis siendo tacaños con la Mulk de Allah subhana wa ta’ala, que no es vuestra. Nada es vuestro, aunque estéis tirando de ello hacia vosotros. Y esto no le gusta a Allah. No quiere esto de Sus sirvientes. Los generosos son los que van a llegar. Los mezquinos, aunque hagan algo, debido a esta mezquindad, aunque lo hicieran, mientras les dolía el corazón (al hacerlo), aunque lo que hicieran fuera fantástico, en lugar de conseguir un montón de recompensas, pueden recibir un gran castigo por ello.



Había un hombre al que conozco. Aún vive. Estaba en Turquía. Era musulmán, rezaba y lo hacía todo. Pero era muy, muy rico. Quizá podría haber comprado medio Estambul. Y un tiempo después, se fue encontrando enfermo, tenía cáncer, fue a Europa, fue a América, fue a todas partes, pero no encontraba la cura; y en América alguien le dijo a sus hijos. “Lleváoslo. Devolvedlo a casa y acompañadlo mientras muere. La medicina ya no puede hacer nada más. O encontrad un hombre sabio que rece por él. Quizá esto lo cambie”. De vuelta a Turquía, no corrieron a buscar un hombre sabio, un santo, un Imam. Dijeron, “Medicina”. Pero cuando estuvieron en América, los doctores americanos les dijeron, “Bueno, la medicina ya no puede hacer nada más por este hombre. No podemos hacer nada. No podemos ir más allá”.



Hay una cosa buena en América. Saben dónde está el límite. Pero en el tercer mundo esto aún no lo saben. Los médicos dicen, “Vale, tenemos esperanza: Londres, Europa o América”. Pero América dice, “No tenemos más esperanza. Ha terminado. No hay nada que la medicina pueda hacer”. Pero no perdieron la esperanza, porque había una fe ahí. Dijeron, “Como hemos visto tantos milagros, quizá haya un hombre sabio que puede leer sobre este hombre y cambiar la situación”. Pero ellos eran del tipo wahhabi, no creían en los Awliya. Así que volvieron a Turquía y su hijo, que también sirve a Sheij Mawlana ahora, tengo montones de anécdotas sobre ellos; éste le dijo a un amigo, “No creía en nada de todo esto. Nos lo han dicho los médicos americanos. Ve y busca un Imam que lea sobre él”. Así que el tipo le dijo, “Sabes, conozco uno cuyas Duas son aceptadas”. Dijo, “¿Quién?”. El dijo, “Sheij Nazim. Viene a Estambul dentro de tres días. Él es mi Sheij. Pídeselo y él vendrá”.



Y esto es exactamente lo que ocurrió. Él fue al aeropuerto, fue al lugar donde tenía que ir Sheij Mawlana, y le dijo a Sheij Mawlana que su padre estaba enfermo y si podía ir a rezar por él. Así que Sheij Mawlana dijo, “Voy”. Y fue hasta allí, le miró y le dijo, “No te preocupes. Vas a levantarte, y vas a correr muchísimo detrás de este Dunya, ya que estás enamorado de este Dunya. Eh, quizás harás algunas cosas buenas después de esto. Pero te vas a levantar. No te preocupes”. Sopló sobre él. Nadie podía creerlo. Estaban pensando, “Este viejo ha venido a tomarnos el pelo”. Algunos días después, empezó a encontrarse mejor y mejor, y mejor cada día. No podían creer que estuviera mejorando. Y se levantó de la cama. Aquel hombre que era piel y huesos, se levantó. Empezó a caminar, empezó a correr, empezó a hacer más cosas, más negocios. Entonces volvió y construyó una mezquita para Sheij Mawlana.



Pero esperad. La construyó con dos minaretes. Una gran mezquita. Debajo hay un gran complejo, con almacenes y de todo. Dentro hay habitaciones, donde cabe mucha gente, con cocinas y de todo. Es algo grande. Kulliye. Pero la construyó y dijo, “Bueno, Sheij Nazim no va a venir aquí. Dejadme alquilar esto por aquí, dejadme alquilar esta parte”. Así que empezó a alquilarla, cobrando dinero por ello. De todos modos, hizo todo esto, y Sheij Mawlana iba de vez en cuando, visitando esta Masjid, pero no había espíritu ahí.



Así que, una vez, estábamos con el Pir Ussaki, es un gran santo (al que habíamos ido a visitar), y estaban renovando el lugar: lleva allí 600 años, y algunas partes estaban cayéndose. Así que tenían que rehacer los cimientos y muchas cosas. Hacía falta un montón de dinero. Tenía tres pisos, hechos de madera, y había mucho trabajo que hacer. Así que Sheij Mawlana dijo, “Él es también nuestro Sheij. Cualquiera que ayude financieramente en esto, tendrá una gran recompensa el día del Juicio. Pir Hasan Hushamuddin Ussaki, es un gran Awliya, y su ayuda les alcanzará”.



El hombre que era responsable allí estaba sentado al lado de Sheij Mawlana. Esta persona de la que hablo, es un millonario en dólares. No de un millón, quien sabe de cuántos millones. En ese momento, sacó un millón turco y, paseándose en frente de Sheij Mawlana fue a ponerlo en la caja, demostrando que estaba ayudando. Creo que con un millón, en Turquía en ese momento podías comprar tres panes. Y, además, según la costumbre turca es de muy, muy mala educación mostrar que estás dando. Según las formas islámicas, no las formas turcas. Pero los americanos están llevando su mala educación al Islam, y quieren enseñar también lo que están dando. Libraos de eso. Es muy mala cosa.



Por ello, el que cuidaba del lugar, Nihat Efendi, le fue diciendo a Sheij Mawlana, “Sheij Nazim, ¿cuántos carpinteros necesita para arreglar esto?” Esto es porque había una gran estructura de madera, en la que había que trabajar, cortándola. Dijo, “¿Bastaría con diez?”. Sheij Mawlana dijo, “No.”. Dijo, “¿Cincuenta?”. Le dijo, “No”. Dijo, “Nihat Efendi, éste pertenece al fuego”. Tenía posibles, pero era muy tacaño. Se había levantado de su lecho de muerte. Tenía cáncer. Estaba muriendo. Y ahora venía y le mostraba a Sheij Mawlana, “Estoy dando un millón”.



Así que no seáis tacaños. Si sois mezquinos os estáis colgando a vosotros mismos. A nadie más. Allah es más generoso que vosotros, y que cualquier otro. Y lo que Él da, Él lo da. No sois vosotros los que estáis dando: El da por vuestra mano. No afirméis algo diciendo, “Doy”. Decid, “Allah dio a través de mi mano”. Entonces veréis la recompensa. Si sois creyentes y estáis manteniendo vuestras obligaciones en el Islam, sois constantes en vuestro Wird, lo hacéis todo y sois generosos, definitivamente os vais a ir de este mundo siendo Awliya. Tenéis que alcanzar el nivel de los Awliya. No podéis iros de este mundo antes de haberlo alcanzado. No hay forma. No os van a dejar ir a menos de que alcancéis el nivel de los Awliya. Sí, señor.



Wa min Allahu tawfiq

Bihurmatil Habib

Bihurmatil Fatiha.

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