Mawlana Shaykh Nazim Al-Haqqani

martes, 5 de junio de 2012

CON UN TAKBIR, TERMINARÁ LA ARROGANCIA DEL SIGLO XXI




Bismillahir Rahmanir Rahim

Sohbet por Sheij Abdul kerim al-Hakkani al-Kibirisi



Viernes, 30 Jumad al-Awwal, 1431

14 de mayo de 2010

Osmali Naksibendi Hakkani Dergahi, Centro Siddiki, Nueva York.



Auzu billahi min ash-sheytanir rajim

Bismillahir Rahmanir Rahim

Medet Ya Seyyidi, Ya Sultanul Awliya, Medet.



Q: ¿Cómo puedo dejar de ser cruel hacia mí mismo y hacia los demás?



Sheij Efendi: Muy fácil. No hagáis nada que no quisierais que os hicieran los demás. ¿Cómo es eso? Simple. Algo que no os gustaría que os hicieran, simplemente no se lo hagáis a otro. Dejaréis de ser crueles con vosotros mismos, y no seréis crueles con los demás.



Q: ¿Y acerca de la generosidad? ¿Cómo puede ser más generosa una persona, cuando se da cuenta de que es mezquina?



Sheij Efendi: Una vez te das cuenta, y aceptas, y llegas a esa estación del despertar, de que nada es tuyo, entonces serás capaz de compartirlo con los demás. Estamos aquí sólo temporalmente, y todo lo que está en nuestras manos es pasajero, es algo que se os ha dado. Que se os haya concedido todo, para vuestro servicio, no quiere decir que todo sea vuestro. Allah da. No toma. Él da. Si sois sirvientes, entonces tenéis que aprender primero a dar. Si no lo habíais aprendido, entonces aprended primero a aceptar. ¿No vais a cansaros de tomar? ¿Sólo queréis recibir para vosotros? ¿Nunca vais a querer dar?



La gente de hoy en día no encuentra paz en el mundo. Están sufriendo. La mayor razón es que no están compartiendo. La paz y todas las bendiciones llegan a una persona cuando está dando, compartiendo con otros, y Allah estará contento con vosotros. Si Allah está contento con vosotros, ¿qué más queréis? Pero primero tenéis que comprender qué es Allah. La gente está mencionando el nombre las 24 horas, pero no intentan comprender qué es Allah, y qué es ser un sirviente. Una vez que lo sabes, que llegas a comprender que eres un sirviente, vendrán todas las bendiciones con eso, y os apresurareis a realizar el servicio del mejor modo.



Él simplemente da a Sus sirvientes. Él está sirviendo. ¿No es así? Él está sirviendo. Primero tenéis que convertiros en sirvientes. Lentamente, podréis subir, subir, subir, más y más arriba. Y, con la sabiduría de los años, a medida que os hagáis mayores, enseñaréis a los jóvenes cómo ser sirviente. Eh, mirad a los más jóvenes, mirad. Están sentados como bobos. No valen para nada. ¡Eh! Quieren que les sirvan en todo momento. ¡Eh! Idiotas. Vienen aquí una vez por semana, y el resto de la semana están correteando hacia agujeros. ¿Hmm? Metiéndose en líos 24 horas al día. ¿Pero qué esperabais? (…) No los estáis trayendo aquí. Les he dicho que vinieran mil veces. No. Van a estar dando vueltas por las calles y metiéndose en líos.



Así que hay un momento para cada cosa. Si no vais al ritmo de este calendario, y perdéis el momento oportuno, puede que más adelante en el camino no aprendáis. Y si no aprendéis determinadas cosas, entonces no vais a obtener el beneficio para la vida que viene con ellas. Así que haréis las cosas sin cabeza y sin cuidado, corriendo sin parar, buscando en todas partes, intentando encontrar lo que buscáis.



En realidad, esto es lo que está buscando el hombre. Paz. Paz en su interior, que provenga de dentro. Y de dentro, mediante esto, se muestra en el exterior. Así que cuando encontréis la paz y viváis con esta paz, no tendréis que hacer nada. Es como un imán. Otras personas que estén buscando la paz, se van a dar cuenta inmediatamente de que vosotros tenéis paz, y van a correr hacia vosotros. Van a correr para estar con vosotros. Y esto viene con la bendición que Allah subhana wa ta’ala dice, “Estad con los Saliheen. Estad con aquellos que han encontrado paz, y la paz vendrá a vosotros por estar con ellos”.



Así que tenemos que aprender de una vez a ser generosos. Un no creyente generoso tiene más esperanza de entrar en el Paraíso que un creyente mezquino, porque a Allah no le gusta la tacañería, (y) a Su Profeta (sws) no le gusta. Cuanto más mezquino vayas siendo, más egoísta serás. Cuanto más egoísta seas, más arrogante y testarudo te vas a volver. Cuanto más arrogante y testarudo te vuelvas, más tirano vas a ser. Y Allah subhana wa ta’ala dice que a Él no le gustan los tiranos. Y aquel a quien Allah subhana wa ta’ala no le ama, ése es un Kafir, ése es un incrédulo, y ése está en apuros. Así que, incluso aunque la persona no sea creyente, no crea en nada pero sea generoso, esta bendición le va a llegar algún día.



Hace un tiempo, puedo decir, quizá hace tres o cuatro décadas, en América la gente era más generosa. Los americanos también han aprendido ya a ser mezquinos. Cuando eran generosos, Allah subhana wa ta’ala les enviaba Sus bendiciones y Ramat, continuamente. ¿No es así? Yo viví aquellos días aquí, en este país. Muchos de vosotros aún no habías nacido en aquel momento, y yo he hablado a aquellos que vivieron incluso en momentos en que América tenía problemas. Algo que sabían hacer bien era cuidar de los demás. No podemos decir esto ahora, imposible. Ahora no se puede decir lo mismo. Tenéis que ser rectos. ¿De quién han aprendido esto? De aquellos que son mezquinos. De Sheytan. Sheytan es un tacaño. Sí.



Y ahora, como decimos, los beneficios de Dunya aún están en manos de las personas, y las mejores cosas que ofrece Dunya están en manos de los americanos. ¿No es así? Es muy fácil para los americanos alcanzar cualquier cosa mundana que deseen. Por lo menos, es más fácil que para la gente de Europa, o la gente de Oriente Medio, o la gente en los países del tercer mundo. En cambio, los más infelices ahora son los americanos. Si estuvieran contentos y en paz, entonces no estarían corriendo por ahí sin saber dónde, corriendo de aquí para allá. Son capaces de ir hasta Tibet. ¿Qué vais a hacer allí? ¿Qué vais a encontrar allí, hmm? Esto viene de aquí, de dentro (Sheij Efendi señala su corazón).



Cortáis la conexión entre vosotros y vuestro Señor. Si la electricidad no llega aquí (Sheij Efendi señala las luces en el techo de la Dergah), podéis tener un candelabro precioso, pero no va a dar nada. La electricidad tiene que llegar para dar luz, Nur a esta habitación. Una vez que os desconectáis a vosotros mismos de estas estaciones celestiales, no vais a recibir los beneficios de las cosas que tenéis alrededor. Y por no recibir el beneficio, desconocéis su valor.



Esto es algo que, repetimos, especialmente los que vivimos en este país, no comprendemos el valor de lo que tenemos en la mano. Normalmente, la gente lo comprende cuando lo pierde. Cuando lo tienen, no lo comprenden. Este es otro secreto que debéis conocer, ¿qué tipo de valor se os ha dado en la mano para que lo apreciéis y estéis agradecidos por ello? Porque, ¿quién dice que vosotros podéis tener y que otro, en el otro lado del mundo, no puede tener? ¿Cuál es la diferencia entre vosotros y ese otro? El mismo Creador os ha creado a vosotros y al otro. Él os está dando a vosotros, y no está en la mano del otro. ¿Y qué hacéis con ello? Quizá no podáis llegar ahí, sí. Pero, por lo menos, sed sirvientes agradecidos. Y Allah está ordenando, con esta generosidad llegad hasta los demás. No importa lo que tengáis. Si ellos necesitan algo que vosotros tenéis y vosotros sabéis que podéis hacer (algo), tenéis que apresuraros a hacerlo. Porque la mezquindad es lo peor que puede hacer una persona. ¿A quién? A sí mismo.



Sheij Efendi le dice a un murid adolescente: ¿Estás pensando en tu amigo (que falleció)? ¿Estabas pensando en él? No lo creo. No creo que pensaras en él, porque aún estás corriendo por ahí muy suelto. Lo que le ocurrió a él, lo mismo puede ocurrirte a ti. ¿Lo habías pensando nunca? ¿Así que por qué sigues yendo alocado? Hmm, vale.



Así que no lo dejéis para el último minuto. En el último momento, puede dar un montón de problemas a la persona. Puede que no llegue a alcanzarlo. La vida se nos ha concedido. Puede quitársenos en cualquier segundo. No os limitéis a correr para satisfacer únicamente vuestros deseos egoístas. Esto es temporal. Mirad hacia la vida eterna. Los placeres simples que se dan a un hombre mundano, cualquiera que sea el placer para vosotros, será muy simple y muy pequeño, y muy poco duradero. No cambiéis vuestra vida eterna por eso.



Allah está mirando a Su sirviente. Tantas veces los sirvientes están gritando y llorando, porque tienen problemas y necesitan cosas, y no ocurre nada. Y les llega alguna prueba, y Allah está poniendo a prueba su paciencia. Es fácil abrirlo todo para vosotros. Pero Él os está probando, para ver qué hacéis. Y tantas veces, aunque no pasen la prueba, la generosidad de Allah subhana wa ta’ala abre más para ellos, y ellos alcanzan las cosas que anhelaban y por las que corrían. Entonces los miramos, y en el momento en que alcanzan tales cosas se hacen más salvajes, corren aún más lejos de Allah y de Su servicio. ¿Pensáis que Allah está contento con vosotros en ese momento?



Tenéis que reflexionar. Él nos está diciendo, “Si Allah subhana wa ta’ala diera tanto valor a este mundo como Él le ha dado a un ala de mosquito, Él no hubiera dado una gota de agua para que los no creyentes pudieran beber”. Pero Él está diciendo que este mundo y todo lo que hay en él no tienen valor en la Divina Presencia, y que toda clase de placer que podáis imaginar, es un placer que no tiene valor, porque es únicamente, como ya he dicho, pasajero. Todo lo pasajero carece de placer. Mirad hacia la vida eterna e intentad llegar a ella en este Dunya, ahí está la gran cuestión, de si seréis capaces de alcanzarlo o no.



Así que el hombre se dice, “El Paraíso es tan grande. ¿Qué va a ocurrir? ¿Va a ir todo el mundo al infierno?” No. Todo el mundo va hacia lo que se está construyendo para sí mismo. Pero si el mundo entero perdiera la dirección, no cambiaría nada de Allah en Sí Mismo. Él dice, “Os quitaremos y Nosotros crearemos a otros nuevos. No tenéis valor”. Él dice, “Podéis daros tanto valor a vosotros mismos como queráis. Podéis miraros al espejo y decir, “¡Oh! Qué bello soy”. Es muy fácil. Esta belleza se os puede quitar al instante. Cualquier cosa puede ocurrir. “¡Qué fuerte soy!” Muy fácil: ese poder se puede quitar al instante. “¡Qué poderoso soy!” Muy fácil.



El hombre no se fija, para ver y darse cuenta, para comprender a lo largo de la historia (lo) que Allah subhana wa ta’ala nos está dando a través de todos los libros sagrados. A algunos puede que no les guste lo que el Corán está diciendo. Está bien. Mirad lo que dice la Torá. Mirad lo que se mencionaba en la Torá, en la historia de Nimrod y Abraham (as). Mirad la historia que ocurrió entre el Faraón y Moisés (as). ¿Qué dijo Nimrod? Dijo, “Soy el señor de la tierra. Todo me pertenece”. Y Allah le puso un sirviente enfrente, quien le dijo, “Pon fin a esta arrogancia. Haz postraciones ante tu Señor, que te dio todo este poder”. Y le dijo, “¿Señor? Yo soy el señor. Yo soy el creador. ¿Qué hace tu Señor?”



“Él da vida y Él quita la vida”.



Y el otro decía, “Es fácil. Yo hago lo mismo”. Puso dos prisioneros frente a él diciendo, “A uno lo voy a liberar. Le voy a dar la vida. Del otro, tomaré su vida. Matadlo”. Hmm. Entonces Abraham (as) le dijo, “En tal caso…”. Los profetas no discuten. Dijo, “En tal caso, mi Señor está haciendo salir el sol desde el Este. Páralo. Levántalo desde el Oeste”. Nimrod empezó a temblar. Y sabiendo que no podía hacer eso, le dijo, “Ni el que tu afirmas que es tu Señor puede hacer eso”. Él dijo, “Sí puede”. Porque Allah prometió ese día, “Antes del Día del Juicio, Nosotros haremos que el sol salga por el Oeste una vez. Aseguraos de que estáis pidiendo perdón hasta que llegue ese día. Cuando el sol salga por el Oeste y llegue el mediodía, y al mediodía vuelva hacia el Oeste, la puerta del perdón se habrá cerrado. Nadie que pida perdón después de ese momento lo verá aceptado.



Y estamos en días muy cercanos a esto ahora mismo. La humanidad es descuidada, duerme, corre de aquí para allí, corre para descubrir el mundo. Está corriendo para descubrir el mosquito, corriendo para descubrirlo todo en el Canal Discovery, ¿eh? Están corriendo para descubrirlo todo, pero nunca he visto un programa en el Canal Discovery que esté descubriendo al hombre mismo. ¿Habéis visto nunca un programa como ése? “El hombre está Intentando Descubrirse a Sí Mismo: Quién Es Él”.



¿Tenéis una escuela? Todo el mundo dice, “Estudiad”. ¿Y? “Conseguid un diploma”. ¿Y? ¿Y, y, y? ¿Habéis descubierto quiénes sois? ¿Comprendéis quiénes sois? ¿Lo pequeños que sois? ¿Lo estáis entendiendo? Y a esta pequeña criatura, cuánto poder y autoridad le está dando del Señor de los Cielos, diciendo, “Os he hecho para convertiros en Mis Califas, Mis Embajadores, Mis Representantes en la tierra”. Y la puerta de los cielos estará cerrada para vosotros hasta el momento en que os convirtáis en sirvientes Míos y, cuando yo os acepte como buenos sirvientes, también os abriré las puertas de los cielos. Podréis llegar a cualquier lugar.



No llegar con cohetes. ¡Ja, ja! Con estos cohetes que estáis haciendo es como un saltamontes que salte así. El ignorante piensa que ha llegado a algún lugar, diciendo, “Hemos enviado un telescopio. Ha ido a cien da da da da millones de años de distancia, y está enviando imágenes y nos está devolviendo (información)”. Puede ir a un millón de años de distancia. ¿Dónde estáis vosotros? ¿Vais a llegar vosotros nunca allí? Ni en vuestra imaginación algún día. Ahora no está alcanzando, de todos modos, a qué tipo de creación hay por allí. Cuando miráis toda esta creación y comprendéis, vosotros mismos, lo pequeños que sois dentro de todo esto, y cuando comprendéis el gran poder que se os ha dado, que se os ha concedido a través del espíritu que Allah subhana wa ta’ala (os) puso, entonces no hay lugar al que no podáis llegar. Pero mediante la tecnología que estáis construyendo, tan limitada, es como un saltamontes que salta así.



Así que Nimrod afirmaba, “Yo soy el Señor”. Y Abraham (as) le dijo, “Has perdido la cabeza. No puedes ser Señor porque sí. Cambia de camino, haz postración y pide perdón, (ya que) Allah está poniendo al más débil de los sirvientes, como yo, justo enfrente de ti, para hablarte. ¿No lo estás entendiendo? Te estoy hablando. Dentro de tu autoridad, he quebrado tu autoridad, y estoy de pie frente a ti, hablando frente a ti”. Y el otro decía, “Estoy muy enfadado con tu Señor. Así que diLe que le declaro la guerra”. Abraham (as) dijo, “Oh, ahora sí que estás en un apuro. ¿Estás declarando la guerra? No te va a tomar en cuenta”. Pero llegó la orden a Abraham (as) diciendo, “Dile, Ya Abraham, Nosotros aceptamos. Nosotros aceptamos el reto. Y Yo le envío Mi ejército a él”. Y él preparó todos sus ejércitos. Igual que ahora, por todas partes, los gobiernos están preparando ejércitos, equipos SWAT, Air Force, da da da da, de todo tipo, sabéis, y dicen, “Somos los mejores”.



Y él puso a sus mejores hombres diciendo, “Ahora el Señor de los Cielos viene a guerrear conmigo. Preparaos”. No es broma. Preparó todos sus ejércitos, y esperaba diciéndole a Abraham (as), “¿Tiene Él miedo? ¿No envía Él Su ejército?”. El dijo, “Ya viene, ¿no lo ves? Mira al cielo”. Y vieron un punto negro que se movía en el cielo y se movía, acercándose, más cerca, más cerca, más cerca, más cerca, y ellos decían, “¿Qué es esto?” Él dijo, “Esto es un ejército de mosquitos. Allah subhana wa ta’ala os está enviando un ejército de mosquitos. Adelante, acabad con ellos”. Todos esos mosquitos llegaron, y en todos los soldados, que iban cubiertos de cabeza a los pies, entraron al momento, uno, dos, tres, comiéndose sus cuerpos, y fueron cayendo como esqueletos.



Nimrod se encerró en un lugar alto, con cristal por todas partes, mirando, temblando en su interior y pensando, “Hice algo bueno. Me escondí”. Y se dio cuenta de que entraba un mosquito por el agujero de la cerradura, dando vueltas por la habitación. Se dijo, “¡Ooh! ¿Qué voy a hacer?” Un mosquito, y Allah menciona que tenía una pata rota y un ala rota. No estaba completo como los demás. Y dijo, “Porque Nimrod afirmó tener el señorío, Nosotros le enviamos el más débil de ese ejército, de aquéllos”. Y estaba dando vueltas, intentando matarlo, corriendo de aquí para allá. Pero él encontró el camino y entró por la nariz.



Esto es real. Entró en su cerebro y empezó a comer. Ese mosquito empezó a comer. En el momento en que tocó el cerebro, se puso a gritar “¡Ugghh!”. ¿Creéis que tenéis dolor de muelas?. El dolor de muelas no era nada en ese momento. Cuánto dolor os da el dolor de muelas, porque está tocando los nervios y llega al cerebro. Imaginad que el mosquito toca vuestro cerebro y empieza a comer, el dolor ahí. Gritando. Nada ocurría. Finalmente, empezó a darse cabezazos, y, “Ahh”, se dio cuenta de que cuando se daba con la cabeza, el dolor desaparecía. El dolor paraba porque el mosquito dejaba de moverse. Y, en el momento en que paraba, el mosquito empezaba a moverse nuevamente, y el dolor a iniciarse nuevamente. Y otra vez dándose así, y no servía de nada. Hizo un martillo de madera. Tenía un tipo gigante, uno de sus guardaespaldas, y le dijo, “Cada vez que empiece a gritar, dame fuerte en la cabeza”. Y esto fue lo que ocurrió. Le daba en la cabeza y el mosquito dejaba de moverse. El dolor se iba un momento. En el momento en que el mosquito volvía en sí, empezaba a comer otra vez. Nimrod gritaba diciendo, “¡Más fuerte! ¡Más fuerte! ¡Más fuerte!” Finalmente, hasta aquél a quien se le había pagado por hacer ese trabajo, estaba harto de él.



Abrid. Abrid el libro de la Torá. Está ahí. Abrid la Biblia. Está ahí. Abrid el Corán. Está ahí. ¿Pensáis que todos estos libros están inventando imaginaciones? Uno viene de hace siglos, el otro viene de muchos siglos después, y el otro de muchos siglos después, y mencionan las mismas cosas. Finalmente, el que estaba harto con el otro, estaba golpeando tan fuerte que le abrió el cráneo, y el pequeño mosquito que estaba dentro se hizo como un pájaro a base de comer el cerebro. Salió volando.



¿Por qué pensáis que Allah nos da esta historia en todos esos Libros Sagrados? Nos enseña una lección, diciendo, “No sois más que sirvientes, da igual la estación que alcancéis. Vais a ser sirvientes. Y si afirmáis cualquier otra cosa, no la voy a aceptar. Si os convertís en buenos sirvientes para Mi, os voy a conceder títulos. Puedo hacer que os convirtáis en Sultanes. Pero esto viene de las estaciones celestiales. Nadie puede arrebatarlo, cuando está viniendo de allí. El mundo puede correr para intentar alcanzarlo, pero no pueden. Se concede desde las estaciones celestiales”.



Así que Allah nos da explicaciones y enseñanzas de que, cuanto más arrogante se ha hecho la humanidad, con más pequeñas criaturas Él los ha castigado. Y Él menciona a Faraón, cuán arrogante se hizo y, para éste, un bastón fue suficiente. Se lo dio a Moisés (as) diciendo, “Con este bastón vas a hundir en reino de Faraón”. Y con ese bastón el realizó muchos milagros, e hizo caer la autoridad de Faraón, y su declaración de señorío se convirtió en cero. Se ahogó en esas aguas. ¿Quién hay que no esté declarando la guerra a Allah hoy en la faz de la tierra, por parte de la gente del siglo XXI? ¿Eh? Cualquier orden que Él nos imponga, y el hombre empieza a huir de ella a sabiendas, siendo consciente de ello con conocimiento; con lo que está declarando la guerra, diciendo, “No me gusta esto. Quiero lo que quiere mi ego. No lo que Tú quieres, que no se ajusta a mi ego”.



Y, para el hombre de hoy, el hombre del siglo XXI, no va a venir con un mosquito o con un bastón. Ellos odian escuchar una palabra, especialmente en el Oeste. Que es “¡Takbir! ¡Allahu Akbar!”. Tiemblan al oír esto. Los Sheijs sufíes también dicen, “No digas esto, hermano”. Hmm. ¿Por qué llega este temblor al corazón? “¡Allahu Akbar!” Con esto, Allah subhana wa ta’ala va a poner fin a la arrogancia y testarudez de este siglo XXI. Un Takbir que diga el Mahdi (alayhi salam), y todo se va a venir abajo. Y creo firmemente, mediante el conocimiento que se me ha abierto, que casi todos los que estamos aquí veremos ese día. Pero aseguraos de que estáis en el lado correcto, no en el lado incorrecto. Antes de que se diga el Takbir, lo que la humanidad ha construido, estos desechos nucleares, va a terminar, desechando a billones de personas. Alzad la cabeza y paradlo. Decidle a vuestros gobiernos que lo paren: imposible. No pueden pararlo. Van a usarlo. Pero no tengáis miedo: no deben temer aquellos que estén rodeados con esa Nur, con esa luz que proviene de las estaciones celestiales, porque el residuo de ese fuego nuclear no puede penetrar esa Nur. Se para ahí. No importa dónde estéis, estaréis bajo esa protección en ese momento. Corred para estar bajo ese refugio, entonces estaréis a salvo. De otro modo, ni vosotros, ni vuestros edificios, ni vuestros bunkers os van a salvar.



Están construyendo bunkers para ir a esconderse de esto, pero la tierra va simplemente a desaparecer. Se va a llevar las ciudades en un momento. Va a desaparecer. Está ocurriendo ya en este momento, pero no os lo están enseñando. La CNN no os lo enseña. Está ocurriendo en diferentes partes del mundo, y está ocurriendo en zonas donde no hay pueblos ni ciudades. Está ocurriendo ahora mismo. Se están abriendo grandes agujeros, y la tierra está simplemente desapareciendo. Algunas veces, después parece como si no hubiera pasado nada. Las ciudades en las que estáis, simplemente van a darse la vuelta de arriba a bajo. Es así. ¿A dónde corres, oh humanidad, hombre testarudo del siglo XXI? Son testarudos sólo en relación a lo que quiere su ego. Así que Allah subhana wa ta’ala no está contento con estas gentes del siglo XXI que son arrogantes, testarudas y mezquinas.



Como hemos dicho, si son musulmanes, tienen que hacer Sajdah para encontrar seguridad frente a lo que está por venir. Es imposible, para aquellos que no están haciendo Sajdah, aunque sean musulmanes y crean en Allah y en Su Último Profeta (sws), que encuentren a salvo de esto. Imposible. Para los no musulmanes, la garantía es la generosidad. Si son generosos ahora, cuando venga Isa (as), les mostrará el camino correcto y hacia dónde tienen que ir. Ya no está al alcance de la mano del hombre. Está en la mano de los Awliya Allah, pero sin permiso para abrirlo. No les muestran esto, excepto aquello que Isa (as) vaya a abrir, diciéndoles a aquéllos que, “Es por la generosidad que realizaste. Ahora sigue las órdenes que te traigo, y te traigo las órdenes del Último Profeta (sws)”. Y entonces, ellos se apresurarán, inshaAllah ar-Rahman.



Wa min Allahu tawfiq



Bihurmatl Habib



Bihurmatil Fatiha

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