Mawlana Shaykh Nazim Al-Haqqani

lunes, 30 de julio de 2012

Sohbet sh. AburRauf Felpete 26/07.


Bismillah ar-Rahmani ar-Rahim.
Audhu billahi minna shaytani rayim utiliza todas las posibilidades, no va a dejar una, de acercarse a nosotros. Nos ronda constantemente. Constantemente somos rodeados por él buscando nuestra apertura. Hay gente que no toma en cuenta esto y tiene aperturas monstruosas, por ejemplo los que fuman. Si ustedes fuman tiene una puerta abierta al demonio. Así que cuando se acuesten con su esposa sepan que están y llevando una parte del demonio con ustedes, cuando tocan a sus hijos, y siéntalo así para dejar ese vicio asqueroso rápidamente, usen toda su voluntad. Pero hay miles de formas más, mencioné una burda, tonta, y fácil de dejar. Pero las difíciles, orgullo, vanidad, proyecciones mentales sobre uno mismo, que hacen que Shaytán se relama y esté siempre fácil, porque ya no entra sino que vive adentro. Como decía Grand Sheikh Abdula, bendiciones para él y toda su familia y sus descendientes, quiera Allah proteger su Maqam en Damasco de la ira y la estupidez de los locos y los asesinos. Como decía Grand Sheikh Abdula, ¿por qué el hombre la complica tanto? hablando con Mawlana Sheikh para el cual pedimos muy buena salud y que Alhamdullilah Allah le conceda todas sus dúas. Porque es simple, es sencillo, se puede vivir sencilla y simplemente sin complicarla. Pero hay que sacarse afanes, deseos, e incluso hay un hecho que está siempre rondándonos, porque lo malo es fácil, el problema es que según nuestra educación consideramos un montón de cosas buenas. Hay un montón de gente que tiene un concepto de sí mismo que dice “Yo soy buena persona”. ¿En qué se basa para decir eso? En una cuestión social que lo formó haciéndole creer que si ayuda a una viejita a cruzar la calle, si devuelve un cambio mal hecho y un montón de cosas, entonces una persona es buena, por supuesto que lo es. Pero en el común de la gente, esa bondad puede ser justificada, vanagloriada, lo que ustedes quieran, pero en el camino espiritual es nada, es menos cero. Y ahí hay una dificultad, porque en el camino espiritual somos como bebés recién nacidos, desnudos y sin nada, así que si entramos diciendo “yo soy bueno” estás frito. Casi podríamos decir que es mejor entrar diciendo “soy malo”, para que todo el mundo puede ayudarte a guiarte. Pero si entrás diciendo “yo soy bueno” estás frito. Es como cuando la gente viene a mi y dice “yo no creo en nada”, alhamdullilah está muy bien parado porque si no cree en nada entonces puede creer. El problema, ¿saben cuál es? Cuando alguien viene y me dice “Soy católico”. “Ahhh bien, alhadullilah, por fin alguien. ¿Cuántas veces por día rezas?” – “Ah no no, nada de eso, no” Ahí tenemos un problema, ahí hay falsedad. Ahí hay una cobertura de plástico que dice que soy tal cosa y no hay nada de eso. Eso es un problema. Pero si alguien está negando, o está diciendo “Tengo problemas” es mucho más fácil acercarse. Así que en el camino espiritual eso no sirve nada, es más, es un problema. Partamos de la base de que el ser humano crece desparejo. Nuestro cuerpo crece en una velocidad rápida, a los dieciocho o veinte años tenemos un hombre adulto. Una persona mujer, hombre, cada vez más temprano pueden casarse, pueden matar, pueden ir a la guerra, pueden comprar, pueden vender, tienen hijos. Es decir, el cuerpo está adulto, está listo para la adultez. De hecho en un montón de civilizaciones que toman el desarrollo de los púberes, de lo jóvenes, como el estado de adultez. La naturaleza es así. Pero ese es el cuerpo físico. El cuerpo mental, si tuvo una educación normal, no tuvo ninguna disrupción, ni ninguna cosa, va más o menos parejo, más o menos parejo. Generalmente, lo normal es en algunos aspectos mucha madurez y en otra un retroceso de infantilismo grave. Pero hay algo de lo que nadie habla que son las emociones, el cuerpo emocional, el sentir del ser humano. Y eso normalmente en la mayoría de los seres es muy bajo, es de una edad muy infantil. Porque la adultez emocional requiere un crecimiento y un desarrollo mediante aproximarse al estado de las emociones que lo único que traen es dolor dice la gente. Y es real. No ha forma de entrenarse en lo emotivo sin dolor. Pero lo emotivo es la clave porque sin ese centro emocional no podemos llegar a Dios. ¿Y saben cómo duele llegar a Dios? Claro que duele porque todo lo que está relacionado con las emociones es doloroso. ¿Pero que hace la gente normalmente? Se ampara en el no dolor para no acercarse, entonces la polilla cumple su función cuando se quema en la vela. Se fundió con la luz. Imagínense una polilla que dice “Yo quiero vivir muchos años así que ni me acerco al fuego” Y eso es lo que hace el ser humano con las emociones, entonces llegan a edades grandes con un centro emocional de tres, cuatro o cinco años de edad. Al primer golpecito que tuvieron, papá o mamá le dijo que esa semana iban a ir al circo y no fueron y ya se retrajo del centro emocional y hablo de una cosa estúpida y simple, generalmente son más graves. Y no creció más, no crece porque lo aíslan. Porque no queremos usarlo porque pensamos que todo es doloroso para el centro emocional y sí lo es. Pero nuestra vida tiene un proceso de crecimiento hasta la muerte y lo tenemos que cumplir y abarcar en todo. Además, ¿no somos los que nos gusta vivir todo? Vivir todo para afuera, pero para adentro nada, todo cerradito, adentro tiene que estar todo limpito y con cortinitas. El enchastre se ha afuera. Así que cuando entramos en un camino espiritual tenemos ese pequeño problema que es que en el camino espiritual la inmersión emotiva, emocional, debe ser total. Y así lo hagamos, el problema es que tenemos un hombre de cincuenta años con un centro emocional de tres años que se decide a meterse con su centro emocional completo pero tiene la edad de tres años. ¿Cómo lo hacemos crecer hasta igualar los tantos, hasta ponerlo parejo en la balanza? Que su cuerpo de cincuenta tenga una mente de cincuenta, con la experiencia de cincuenta, un centro emocional de cincuenta años, y con las experiencias vividas en las emociones acordes, y sin haberse dañado o vuelto loco o odiar a toda la humanidad. Por eso es tan importante el punto que hablábamos el otro dice que es la obediencia. Uno tiene que entregarse al Sheikh. Él le pone número a nuestra edad emocional y entonces nos va a dar ejercicios para desarrollarnos de acuerdo a nuestras emociones. A unos los pone a picar leña porque su cuerpo es el de un niño de doce años sin desarrollar. A otros los manda a hacer ejercicios económicos porque su mente está abotargada estupidizada viendo televisión o escribiendo mensajitos de texto. Y a otros los manda a sufrir y golpearse en el mundo para crecer en el desarrollo emocional porque su edad emocional es de tres años, pero solamente él solo lo ve. Para eso tenemos un maestro, si no nos entregamos completamente estamos fritos. Si oponemos nuestra resistencia y guardamos nuestro cuartito oscuro bien cerrado porque es nuestro estamos fritos. Por eso la entrega debe ser total, completa, absoluta y totalmente. Y si no podemos hacer eso con un maestro entonces no estamos preparados para tener un maestro. ¿Se puede no estar preparado para tener un maestro? Lógico, con una edad emocional de tres años, ¿Quién está preparado para tener un maestro? Con una edad emocional de tres años estás preparado para jugar. Y de allí entienden lo que pasa en este mundo actualmente, que señores que tendrían que estar peinando canas y hablando cosas serias y enseñándonos, se están baboseando atrás de las pibas porque su edad emocional es de un nene cuatro años o cinco, quiere jugar. Porque no juntan una cosa con la otra, están separados y hay que unir. La obediencia al Sheikh es clave porque él ve todo, y le pone a cada uno un número y ve donde está trabajando y cómo lo coloca. Por lo cual todo lo que nos pasa nos sirve en la medida en que decimos “Shukran, alhamdullilah” y seguimos. Si decimos: “Ahhh no, aquí no porque me dolió, aquí no porque me duele”, el número se para y se frena ahí. La única forma que tenemos de avanzar en esto es dejarnos pasar por la harina y el huevo varias veces hasta que nos pongan en la sartén a freírnos. Así que, tienen un maestro, entréguense absoluta y completamente. Porque no pueden esconder porque nadie puede esconderle nada a Allah swt y un maestro de una forma u otra se entera de que Allah lo sabe porque Allah se lo hace saber. Y nosotros simples murids y discípulos debemos entregarnos así, con nuestro estado emocional de treinta años protegido y cuidado por treinta años para que nadie lo hiera, con nuestro cuerpo golpeado o no de cuarenta, de cincuenta, de sesenta o de veinte y con nuestro estado mental sea el que sea. Porque él va a encontrar la solución para algo, porque si nosotros creemos que tenemos la solución entonces para qué buscamos un maestro. Buscamos un maestro porque no tenemos ninguna solución y como no tenemos ninguna solución entregá, mostrá toda la mercadería. No te guardes nada porque los compradores se van, mostrate completamente. Es la única forma de salir de esta espiral en la que estamos metidos. Quiera Allah perdonarnos y permitirnos entregarnos a Mawlana ya que tenemos la bendición y la dicha de la inmensa bendición y la inmensa barakah de ser sus discípulos. Quiera Allah permitirnos tirarnos completamente a sus pies y poner como decimos en la Argentina “Toda la carne al asador”
Fatiha…

Sayyidina Ali (r.a.)




Hajja Anna Adil, sohbat publicado el 5 de Ramadán del 1433.

Le invitamos a pasar un Ramadán junto a la fragancia de Hajja Anna Adil (qas). Todos los días de este sagrado mes y durante los tres días del Eid al-Adha, publicaremos un nuevo sohbat de ella. El día del aniversario de su fallecimiento, la colección completa se ofrecerá como un libro. Que Allah (swt) nos mantenga en su santa compañía para siempre. 

Sayyidina Ali (ra) era muy generoso. Él no retenía dinero por mucho tiempo. Un día él encontró a su esposa e hijos llorando por el hambre. No habían comido durante 2 días. Sayyidatina Fátima (ra) tenía 6 monedas que su madre Khadija (ra) le había dado  y que ella guardaba para su entierro. Ella se las dio a Sayyidina Ali (ra) y le pidió que fuera al mercado a comprar comida para ellos.

Cuando Ali (ra) entró al mercado se encontró con una pelea. Un judío tenía agarrado del cuello a un musulmán, y lo amenazaba con matarlo si no pagaba su deuda. El musulmán tenía muchos hijos. ¿Quién velaría por ellos? La cantidad que el musulmán debía era exactamente de 6 monedas. Ali (ra) se las dio al judío. El musulmán estaba feliz, porque quedó libre de deuda. El judío estaba feliz, porque tenía su dinero. Sólo Ali (ra) estaba triste, porque no tenía dinero para comprarles comida a sus hijos.

Él regresó a casa y le contó a Sayyidatina Fátima (ra) lo sucedido. Ella dijo: "No importa. Llevaré a los niños a dormir". Sayyidina Ali (ra) estaba aun más triste: "Sayyidatina Fátima es tan buena", pensó él. "Cualquier otra esposa se hubiese enfurecido mucho".

Ellos tenían por costumbre buscar el rostro del Profeta (saws) cuando estaban muy acongojados o hambrientos, y luego se sentían mejor. Camino a casa del Profeta (saws), Ali (ra) vio a un beduino arrastrando a un buen y gran camello por una soga. "Este camello es tan desobediente", dijo el beduino. "¿Cuánto me darías por él?". Sayyidina Ali (ra) ofreció al beduino, pagarle 100 monedas al día siguiente.

Sayyidina Ali (ra) tomó el camello y camino sólo un poco, hasta que se encontró con otro beduino que ofreció pagarle 300 monedas por el mismo camello. Sayyidina Ali (ra) le vendió el camello y le pagó a primer beduino las 100 monedas. Luego él fue al mercado a comprar comida para su familia. Sus hijos comieron y rieron, jugaron y estuvieron muy felices.

Sayyidina Ali (ra) fue al encuentro del Profeta (saws), quien le dijo: "¿Me contarás la historia o debo de contártela?". Ali (ra) le pidió al Profeta (saws) que contara él la historia. Entonces el Profeta (saws) le dijo: "El primer beduino que te vendió el camello era Gabriel (as), y el segundo que compró el camello era Miguel (as). El camello provenía de una manada del Paraíso". Él le dijo que, por las 6 monedas dadas a favor de la liberación del deudor musulmán, Allah le pagó 50 veces más.

En el Día del Juicio Final, no tienen idea de qué obsequios, qué recompensas, serán concedidas.

Transcripción: http://saltanat.org/postpage.php?id=49