Bismillah ar-Rahmani
ar-Rahim.
Audhu billahi minna shaytani rayim
utiliza todas las posibilidades, no va a dejar una, de acercarse a
nosotros. Nos ronda constantemente. Constantemente somos rodeados por
él buscando nuestra apertura. Hay gente que no toma en cuenta esto y
tiene aperturas monstruosas, por ejemplo los que fuman. Si ustedes
fuman tiene una puerta abierta al demonio. Así que cuando se
acuesten con su esposa sepan que están y llevando una parte del
demonio con ustedes, cuando tocan a sus hijos, y siéntalo así para
dejar ese vicio asqueroso rápidamente, usen toda su voluntad. Pero
hay miles de formas más, mencioné una burda, tonta, y fácil de
dejar. Pero las difíciles, orgullo, vanidad, proyecciones mentales
sobre uno mismo, que hacen que Shaytán se relama y esté siempre
fácil, porque ya no entra sino que vive adentro. Como decía Grand
Sheikh Abdula, bendiciones para él y toda su familia y sus
descendientes, quiera Allah proteger su Maqam en Damasco de la ira y
la estupidez de los locos y los asesinos. Como decía Grand Sheikh
Abdula, ¿por qué el hombre la complica tanto? hablando con Mawlana
Sheikh para el cual pedimos muy buena salud y que Alhamdullilah Allah
le conceda todas sus dúas. Porque es simple, es sencillo, se puede
vivir sencilla y simplemente sin complicarla. Pero hay que sacarse
afanes, deseos, e incluso hay un hecho que está siempre rondándonos,
porque lo malo es fácil, el problema es que según nuestra educación
consideramos un montón de cosas buenas. Hay un montón de gente que
tiene un concepto de sí mismo que dice “Yo soy buena persona”.
¿En qué se basa para decir eso? En una cuestión social que lo
formó haciéndole creer que si ayuda a una viejita a cruzar la
calle, si devuelve un cambio mal hecho y un montón de cosas,
entonces una persona es buena, por supuesto que lo es. Pero en el
común de la gente, esa bondad puede ser justificada, vanagloriada,
lo que ustedes quieran, pero en el camino espiritual es nada, es
menos cero. Y ahí hay una dificultad, porque en el camino espiritual
somos como bebés recién nacidos, desnudos y sin nada, así que si
entramos diciendo “yo soy bueno” estás frito. Casi podríamos
decir que es mejor entrar diciendo “soy malo”, para que todo el
mundo puede ayudarte a guiarte. Pero si entrás diciendo “yo soy
bueno” estás frito. Es como cuando la gente viene a mi y dice “yo
no creo en nada”, alhamdullilah está muy bien parado porque si no
cree en nada entonces puede creer. El problema, ¿saben cuál es?
Cuando alguien viene y me dice “Soy católico”. “Ahhh bien,
alhadullilah, por fin alguien. ¿Cuántas veces por día rezas?” –
“Ah no no, nada de eso, no” Ahí tenemos un problema, ahí hay
falsedad. Ahí hay una cobertura de plástico que dice que soy tal
cosa y no hay nada de eso. Eso es un problema. Pero si alguien está
negando, o está diciendo “Tengo problemas” es mucho más fácil
acercarse. Así que en el camino espiritual eso no sirve nada, es
más, es un problema. Partamos de la base de que el ser humano crece
desparejo. Nuestro cuerpo crece en una velocidad rápida, a los
dieciocho o veinte años tenemos un hombre adulto. Una persona mujer,
hombre, cada vez más temprano pueden casarse, pueden matar, pueden
ir a la guerra, pueden comprar, pueden vender, tienen hijos. Es
decir, el cuerpo está adulto, está listo para la adultez. De hecho
en un montón de civilizaciones que toman el desarrollo de los
púberes, de lo jóvenes, como el estado de adultez. La naturaleza es
así. Pero ese es el cuerpo físico. El cuerpo mental, si tuvo una
educación normal, no tuvo ninguna disrupción, ni ninguna cosa, va
más o menos parejo, más o menos parejo. Generalmente, lo normal es
en algunos aspectos mucha madurez y en otra un retroceso de
infantilismo grave. Pero hay algo de lo que nadie habla que son las
emociones, el cuerpo emocional, el sentir del ser humano. Y eso
normalmente en la mayoría de los seres es muy bajo, es de una edad
muy infantil. Porque la adultez emocional requiere un crecimiento y
un desarrollo mediante aproximarse al estado de las emociones que lo
único que traen es dolor dice la gente. Y es real. No ha forma de
entrenarse en lo emotivo sin dolor. Pero lo emotivo es la clave
porque sin ese centro emocional no podemos llegar a Dios. ¿Y saben
cómo duele llegar a Dios? Claro que duele porque todo lo que está
relacionado con las emociones es doloroso. ¿Pero que hace la gente
normalmente? Se ampara en el no dolor para no acercarse, entonces la
polilla cumple su función cuando se quema en la vela. Se fundió con
la luz. Imagínense una polilla que dice “Yo quiero vivir muchos
años así que ni me acerco al fuego” Y eso es lo que hace el ser
humano con las emociones, entonces llegan a edades grandes con un
centro emocional de tres, cuatro o cinco años de edad. Al primer
golpecito que tuvieron, papá o mamá le dijo que esa semana iban a
ir al circo y no fueron y ya se retrajo del centro emocional y hablo
de una cosa estúpida y simple, generalmente son más graves. Y no
creció más, no crece porque lo aíslan. Porque no queremos usarlo
porque pensamos que todo es doloroso para el centro emocional y sí
lo es. Pero nuestra vida tiene un proceso de crecimiento hasta la
muerte y lo tenemos que cumplir y abarcar en todo. Además, ¿no
somos los que nos gusta vivir todo? Vivir todo para afuera, pero para
adentro nada, todo cerradito, adentro tiene que estar todo limpito y
con cortinitas. El enchastre se ha afuera. Así que cuando entramos
en un camino espiritual tenemos ese pequeño problema que es que en
el camino espiritual la inmersión emotiva, emocional, debe ser
total. Y así lo hagamos, el problema es que tenemos un hombre de
cincuenta años con un centro emocional de tres años que se decide a
meterse con su centro emocional completo pero tiene la edad de tres
años. ¿Cómo lo hacemos crecer hasta igualar los tantos, hasta
ponerlo parejo en la balanza? Que su cuerpo de cincuenta tenga una
mente de cincuenta, con la experiencia de cincuenta, un centro
emocional de cincuenta años, y con las experiencias vividas en las
emociones acordes, y sin haberse dañado o vuelto loco o odiar a toda
la humanidad. Por eso es tan importante el punto que hablábamos el
otro dice que es la obediencia. Uno tiene que entregarse al Sheikh.
Él le pone número a nuestra edad emocional y entonces nos va a dar
ejercicios para desarrollarnos de acuerdo a nuestras emociones. A
unos los pone a picar leña porque su cuerpo es el de un niño de
doce años sin desarrollar. A otros los manda a hacer ejercicios
económicos porque su mente está abotargada estupidizada viendo
televisión o escribiendo mensajitos de texto. Y a otros los manda a
sufrir y golpearse en el mundo para crecer en el desarrollo emocional
porque su edad emocional es de tres años, pero solamente él solo lo
ve. Para eso tenemos un maestro, si no nos entregamos completamente
estamos fritos. Si oponemos nuestra resistencia y guardamos nuestro
cuartito oscuro bien cerrado porque es nuestro estamos fritos. Por
eso la entrega debe ser total, completa, absoluta y totalmente. Y si
no podemos hacer eso con un maestro entonces no estamos preparados
para tener un maestro. ¿Se puede no estar preparado para tener un
maestro? Lógico, con una edad emocional de tres años, ¿Quién está
preparado para tener un maestro? Con una edad emocional de tres años
estás preparado para jugar. Y de allí entienden lo que pasa en este
mundo actualmente, que señores que tendrían que estar peinando
canas y hablando cosas serias y enseñándonos, se están baboseando
atrás de las pibas porque su edad emocional es de un nene cuatro
años o cinco, quiere jugar. Porque no juntan una cosa con la otra,
están separados y hay que unir. La obediencia al Sheikh es clave
porque él ve todo, y le pone a cada uno un número y ve donde está
trabajando y cómo lo coloca. Por lo cual todo lo que nos pasa nos
sirve en la medida en que decimos “Shukran, alhamdullilah” y
seguimos. Si decimos: “Ahhh no, aquí no porque me dolió, aquí no
porque me duele”, el número se para y se frena ahí. La única
forma que tenemos de avanzar en esto es dejarnos pasar por la harina
y el huevo varias veces hasta que nos pongan en la sartén a
freírnos. Así que, tienen un maestro, entréguense absoluta y
completamente. Porque no pueden esconder porque nadie puede
esconderle nada a Allah swt y un maestro de una forma u otra se
entera de que Allah lo sabe porque Allah se lo hace saber. Y nosotros
simples murids y discípulos debemos entregarnos así, con nuestro
estado emocional de treinta años protegido y cuidado por treinta
años para que nadie lo hiera, con nuestro cuerpo golpeado o no de
cuarenta, de cincuenta, de sesenta o de veinte y con nuestro estado
mental sea el que sea. Porque él va a encontrar la solución para
algo, porque si nosotros creemos que tenemos la solución entonces
para qué buscamos un maestro. Buscamos un maestro porque no tenemos
ninguna solución y como no tenemos ninguna solución entregá,
mostrá toda la mercadería. No te guardes nada porque los
compradores se van, mostrate completamente. Es la única forma de
salir de esta espiral en la que estamos metidos. Quiera Allah
perdonarnos y permitirnos entregarnos a Mawlana ya que tenemos la
bendición y la dicha de la inmensa bendición y la inmensa barakah
de ser sus discípulos. Quiera Allah permitirnos tirarnos
completamente a sus pies y poner como decimos en la Argentina “Toda
la carne al asador”
Fatiha…