Mawlana Shaykh Nazim Al-Haqqani

jueves, 19 de julio de 2012

Los Secretos del Ayuno

Oh vosotros que creéis, el ayuno
se ha decretado para vosotros,
igual que se había decretado para aquellos que (vivieron) antes que vosotros;
acaso así vais a (estar prevenidos).
...
El mes de Ramadán es el mes
en que descendió el Koran,
una guía para las gentes,
y versos claros
de guía y criterio.
[Quran: Capítulo 2, 183]
al-Ghazzali
Los Secretos del Ayuno
LAS CONDICIONES INTERNAS DEL AYUNO
Existen tres grados en el ayuno:
El ayuno de las personas comunes ya es conocido: abstinencia de los apetitos, encuentros sexuales, ruidos, discusiones, etc.
El ayuno de los pocos elegidos es el que mantiene libres de pecado orejas, ojos, lengua, manos, pies, y todos los demás sentidos.
Estas personas virtuosas se liberan del pecado de seis formas:
1. Absteniéndose de mirar lo que sea censurable o no aprobado.
Jabir, según la autoridad de Anas, relató que el Mensajero de Allah, que la alabanza y la paz sean sobre él, dijo:

"Hay cinco cosas que rompen el ayuno; decir mentiras, hablar mal a espaldas de otros - contar historias, el perjurio, la codicia y los ojos libidinosos."
2. Manteniendo la lengua libre de: despotricar, hablar con enfado, mentir, hablar mal de otros a sus espaldas, contar historias, (decir) obscenidades, formas de hablar insultantes, riñas e hipocresía. En cambio, uno debería estar ocupado en el recuerdo y la glorificación de Allah, así como en la recitación del Sagrado Corán –este es el ayuno de la lengua.
3. Cerrando los oídos a todo lo que sea reprensible. El Mensajero de Allah, que la alabanza y la paz sean sobre él, dijo:
“El que habla mal y los que le escuchan, van juntos en el pecado”.
4. Evitando que pequen el resto de sentidos. Apartando la mano del mal, refrenando el pie en (su búsqueda) de lo malvado, evitando los alimentos dudosos a la hora de romper el ayuno.
El mensajero de Allah, que la alabanza y la paz sean sobre él, dijo:
“Muchos no reciben otra cosa del ayuno más que pasar hambre y sed”.
Este hadith se ha explicado como referido a la persona que rompe el ayuno con comida y bebida no lícitas. También se ha explicado como referido a las personas que se abstienen de comida halal, pero pierden el ayuno por la carne de la persona de la que han hablado mal ilícitamente. También se refiere a las personas que no mantienen sus sentidos apartados del pecado.
5. (No teniendo) excesiva indulgencia a la hora de romper el ayuno, aunque sea con comida halal. El espíritu y el secreto del ayuno consisten en debilitar la carne, que es el arma de Satán para hacer que la humanidad se dirija hacia el mal.
6. Después de romper el ayuno, el corazón debería quedar suspendido en un estado de temor y esperanza, porque uno no sabe si el ayuno ha sido aceptado.
“Se le dijo una vez a Al Ahnaf, hijo de Kays: “Eres un hombre mayor, el ayuno te va a debilitar”. Él replicó: “Este ayuno es mi preparación para un largo viaje. De hecho, soportar el yugo del servicio de Allah es más fácil que soportar el yugo de Su ira”.
La persona que realmente no está ayunando es aquella que, mientras está en el estado de hambre y sed, se permite toda libertad en el pecado. Pero aquél que comprende en verdad el ayuno y su secreto, sabe que quien se abstenga de comida, bebida, o encuentros sexuales, pero cometa todo tipo de pecados, es como aquella persona que, a la hora de realizar la ablución pasa su mano por encima de las extremidades tres veces, completando con ello la apariencia exterior de la Ley en lo que respecta a esa extremidad, pero sin realizar lo más importante, que es limpiarla (con agua). En consecuencia, debido a su ignorancia, su oración no es aceptada.
Mientras que aquel que rompe el ayuno porque come, pero lo observa manteniéndose libre de pecado, es como la persona que, al realizar la ablución, limpia cada extremidad una única vez. Sus oraciones son aceptadas, por la voluntad de Allah, porque ha completado la parte principal de la ablución, aunque no haya llevado a cabo sus detalles. Pero quien realice ambas es como la persona que, a la hora de realizar su ablución, limpia (con agua) tres veces cada parte de su cuerpo, completando con ello el objetivo principal de la ablución, así como sus detalles concretos, por lo que (la hace) perfectamente.
El Mensajero de Allah, que la alabanza y la paz sean sobre él, dijo: “De hecho, el ayuno es como una confianza que se ha puesto en vosotros; por tanto, cuidad esa confianza”. Cuando recitó el verso “Allah os ordena a todos que devolváis los fideicomisos (que se os han confiado) a sus propietarios…” alzó sus manos, de forma que tocaba sus orejas y ojos, y dijo:
El don de la vista y el oído son, cada uno, un fideicomiso de Allah”. De forma similar, el don del habla es una confianza que se ha puesto en vosotros, porque si no fuera así el Mensajero de Allah, que la alabanza y la paz sean sobre él, no hubiera dicho: “Si alguien discute con otro y jura sobre él, que el último diga, ‘Estoy ayunando, estoy ayunando’”.
Queda claro, entonces, que todo acto de adoración posee una forma exterior y una forma interior –una cáscara exterior y una médula interior.
Las cortezas son de diferentes grados, y cada grado tiene varias capas. Depende de vosotros elegir si os conformais con la cáscara u os unís (al grupo de) los sabios y doctos.

El Ayuno de la Elite es el ayuno de los malos pensamientos del corazón, las preocupaciones mundanas y cualquier otra cosa que pueda apartarse de lo que no sean los pensamientos en Allah.

El Ayuno de la Elite conlleva ayunar en el corazón respecto de las preocupaciones indignas y los pensamientos mundanos, ignorando por completo todo lo que no sea Dios, Magnífico y Glorioso es Él. Este tipo de ayuno se rompe al pensar en cuestiones mundanas, con excepción de las (cuestiones) que tienen fines religiosos, porque éstas constituyen una provisión para el Más Allá, y no son de este bajo mundo. Aquellos versados en la vida espiritual del corazón han llegado a decir que se anota un pecado contra aquel que está todo el día ocupando con los preparativos para romper su Ayuno. La ansiedad (que presupone) surge de una falta de confianza en la abundancia de Dios, Grande y Glorioso es Él, y de la falta de una fe con certidumbre en el sustento que Él ha prometido.

A este tercer grado (de ayuno) pertenecen los Profetas, los verdaderos awliya y los íntimos de Dios. No se presta a un examen detallado con la palabras, porque su verdadera naturaleza se revela mejor en las acciones. Consiste en la máxima dedicación a Dios, Magnífico y Glorioso es Él, hasta el punto de dejar de lado todo lo que no sea Dios, Exaltado es Él, estando unido al significado de Sus palabras: ‘Decid. “Allah (lo hizo descender)”, y dejadlos jugar con sus vanas discusiones’. (al-An’am, 6:91)

Requisitos Internos

En relación al Ayuno Especial, es este tipo el que practican los rectos. Significa mantener todos los órganos apartados del pecado, requiriéndose seis aspectos para llevarlo a la práctica:

  1. NO MIRÉIS LO QUE NO COMPLACE A DIOS

Una mirada casta, que se abstiene de mirar cualquier cosa censurable o reprensible, o que distriga el corazón y lo aparte del recuerdo de Dios, Grande y Glorioso es Él. Dijo el Profeta, la paz sea sobre él: ‘La mirada furtiva es una de las flechas envenenadas de Satán, que Dios le maldiga. Quien renuncie a ello por temor de Dios recibirá de Él, Grande y Glorioso es Él, una fe, la dulzura de la cual encontrará dentro de su corazón’. Jabir relata de Anas que el Mensajero de Dios, la paz sea sobre él, dijo: “Hay cinco cosas que rompen el ayuno de un hombre: mentir, hablar mal de otros a sus espaldas, chismorrear, el perjurio y una mirada libidinosa”.

  1. NO HABLÉIS LO QUE NO COMPLACE A DIOS

Guardar la propia lengua del habla ociosa, la mentira, el chismorreo, la obscenidad, la rudeza, la discusión y la controversia; hacer que observe el silencio y se ocupe en el recuerdo de Dios (Grande y Glorioso es Él), y en la recitación del Quran: éste es el ayuno de la lengua.
Dijo Sufyan: ‘Hablar mal de otros anula el ayuno’. Layth cita a Mujahid diciendo: ‘Hay dos hábitos que anulan el ayuno: hablar mal de otros y mentir’. El Profeta, la paz sea sobre él, dijo: ‘El ayuno es un escudo, así que cuando uno de vosotros está ayunando no debería hacer uso de palabras malas u ociosas. Si alguien le ataca o le insulta, que diga: “¡Estoy en ayuno, estoy en ayuno!”

Según la Tradición: ‘Dos mujeres estaban ayunando durante el tiempo del Mensajero de Dios, la paz sea sobre él. Estaban tan fatigadas hacia el final del día, por el hambre y la sed, que estaban a punto de derrumbarse. Por ello, enviaron un mensaje al Mensajero de Dios, la paz sea sobre él, solicitando permiso para romper su ayuno. En respuesta, el Profeta, la paz sea sobre él, les envió un cuenco y dijo: “Decidles que vomiten dentro lo que han comido”. Una de ellas vomitó y llenó el cuenco hasta la mitad de sangre fresca y carne tierna, y la otra sacó lo mismo, por lo que lo llenaron entre las dos. Los asistentes estaban atónitos. Entonces el Profeta, la paz sea sobre él, dijo: “Estas dos mujeres han ayunado de lo que Dios les ha hecho lícito, y han roto su ayuno en lo que Dios, Exaltado es Él, les ha hecho ilícito. Se sentaron juntas y se dedicaron a hablar mal de otros, ¡aquí está la carne de la gente a la que calumniaron¡”

  1. NO ESCUCHÉIS LO QUE NO COMPLACE A DIOS

Cerrar los propios oídos a todo lo reprensible; porque todo lo que es ilícito emitir es también ilícito de escuchar. Es por ello que Dios, Grande y Glorioso es Él, igualó el oyente furtivo al usurero, en Sus Palabras, Exaltado es él: ‘Los que prestan oído a la falsedad, son (beneficiarios) de una ganancia ilícita’ (al-Ma’idah, 5:42). Dios, Grande y Glorioso es Él, también dijo: “¿Por qué no les prohíben sus rabinos y sacerdotes que hablen pecados y se beneficien de ganancias ilícitas?” (al-Ma’idah, 5:63). Por ello, mantenerse en silencio frente a la crítica de otros no presentes es algo ilícito. Dios, Exaltado es Él, dijo: ‘Entonces os convertís en uno de ellos’ (al-Nisa, 4:140). Es por ello que el Profeta, la paz sea sobre él, dijo: ‘El que habla mal de otros, y el que escucha, son compañeros en el pecado’.

  1. NO HAGÁIS LO QUE NO COMPLACE A DIOS

(Ello es) mantener todos los demás miembros y órganos apartados del pecado: las manos y pies de acciones reprensibles, y el estómago de comida dudosa en el momento de romper el Ayuno. No tiene ningún sentido ayunar –abstenerse de comidas lícitas- para romper el ayuno con comidas ilícitas. Un hombre que ayune de este modo puede ser comparado a aquél que construye un castillo mientras echa por tierra una ciudad. La comida lícita es perjudicial por su cantidad, no por su tipo, por lo que el ayuno busca reducir la primera. Una persona puede perfectamente dejar de hacer un uso excesivo de los medicamentos, por miedo a sus efectos secundarios, pero estaría loco si los cambiara por veneno. Lo ilícito es un veneno mortal para la religión, mientras que lo legal es una medicina benéfica en pequeñas dosis, y perjudicial en exceso.
El objeto del ayuno es inducir a la moderación. Dijo el Profeta, la paz sea sobre él: ‘¡Cuántos de aquellos que ayunan no sacan nada más que hambre y sed!’ Esto se ha considerado que se refiere a los que rompen el ayuno con comida ilícita. Algunos dicen que se refiere a los que se abstienen de comida lícita, pero pierden el ayuno por comer carne humana al hablar mal de otros a sus espaldas, lo que es ilícito. Otros lo consideran una alusión a aquellos que no guardan sus órganos del pecado.

  1. EVITAD COMER EN EXCESO

No permitirse un exceso de comida lícita en el momento de romper el ayuno, hasta el punto de llenarse la barriga. No hay un recipiente más odioso a Dios, Grande y Glorioso es Él, que una barriga hasta reventar de comida lícita. ¿Qué sentido tiene el ayuno como medio de conquistar al enemigo de Dios y dominar el apetito, si en el momento de romperlo uno, no sólo recupera lo que ha perdido durante las horas de sol, sino que se permite una variedad de comidas extra? Incluso de ha convertido en una costumbre almacenar de cara a Ramadán todo tipo de alimentos, por lo que se consume más durante este período que en varios de los otros meses juntos.
Es bien sabido que el objeto del ayuno es experimentar hambre y poner a prueba el deseo, para reforzar la piedad del alma. Si el estómago está privado de comida desde primera hora de la mañana hasta la tarde-noche, de forma que se aumenta el apetito y se intensifica el deseo, y después se le ofrecen alimentos delicados, permitiéndose comer hasta llenarlo, el comer por placer se ve aumentado, y su fuerza se exagera; se activan pasiones que hubieran estado dormidas bajo condiciones normales.

El espíritu y la naturaleza secreta del ayuno es debilitar las fuerzas que son los instrumentos de Satán para llevarnos al mal. Por ello, es esencial reducir la propia ingesta a lo que uno consumiría en una noche normal, cuando no se está ayudando. No se deriva ningún beneficio del ayuno si uno consume tanto como uno tomaría durante el día y la noche juntos.
Además, una de las virtudes es dormir poco durante el día, de forma que uno sienta el hambre y la sed, y sea consciente del debilitamiento de las propias fuerzas, con la consiguiente purificación del corazón. Uno debería alargar (el tener) cierto grado de debilidad hasta la entrada de la noche, haciendo (con ello) que sea más fácil llevar a cabo las Oraciones nocturnas (tahajjud), y recitar las alabanzas (awrad). Puede ser que entonces Satán no se cierna alrededor del corazón, y que uno llegue a contemplar el Reino del Cielo.
La Noche del Destino representa la noche en la que se revela algo de este Reino. Esto es lo que implican las palabras de Dios, Exaltado es Él: ‘Ciertamente lo revelamos en la Noche del Poder’ (al-Qadr, 97:1). Quien ponga una bolsa de comida entre su corazón y su pecho se vuelve ciego a esta revelación. Y no es sufienciente con mantener el estómago vacío para quitar el velo, a menos que uno vacíe también la mente de todo lo que no sea Dios, Grande y Glorioso es Él. Esta es toda la cuestión, y se empieza reduciendo la cantidad de comida.

  1. DIRIGÍOS A DIOS CON TEMOR Y ESPERANZA

Después de haber roto el ayuno, el corazón debería oscilar como un péndulo entre el temor y la esperanza. Porque uno no sabe si el propio ayuno va a ser aceptado, de forma que uno encuentre el favor de Dios, o si será rechazado, dejándolo a uno entre aquellos a los que Él aborrece. Así es como uno debería estar al final de cualquier acto de alabanza que uno realice.

Se relata de al-Hasan ibn-Abil Hasan al-Basri, que una vez pasó por delante de un grupo de gente, que estaban riendo tranquilamente. Dijo: ‘Dios, Grande y Glorioso es Él, ha hecho del mes de Ramadán una pista de carreras, en la cual Sus criaturas compiten en Su alabanza. Algunos han entrado los primeros y han ganado, mientras que otros se quedaron atrás y perdieron. Es algo asombroso encontrarse con alguien que rie y bromea mientras es el día en que el éxito espera a los vencedores, y el fracaso a los vagos. Por Dios, si se levantara el velo, el que hace el bien estaría seguramente preocupado por sus buenas obras, y el que hace el mal por sus malas acciones’. (…)

Se relata de al-Ahnaf ibn Qays que se le dijo una vez: ‘Eres un anciano mayor, el ayuno te va a debilitar’. Pero él replicó: ‘Con esto, me estoy preparando para un largo viaje. La obediencia a Dios, Glorificado es Él, es más fácil de soportar que Su castigo’. Estos son los signficados internos que tienen importancia en el ayuno.

Al-Ghazali, Dimensiones Internas de la Alabanza Islámica, Editado el 12/99

Al-Hamdulillah, alabanza y paz sean sobre Su Profeta Muhammad y sobre su Familia,
sus Compañeros y sus Seguidores, interior y exteriormente.


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